Nuestra vivienda debería hacernos sentir bien. Nuestro hogar no debería hacernos sentir encierro o desorden. Nuestra casa debería ser un espacio confortable, donde haya buena iluminación, ventilación y temperatura.
Parecen obviedades, pero la cruda realidad se impone. Muchas de nuestras viviendas fueron construidas en una época en la que nadie había estudiado el impacto de las emociones en los habitantes de una casa.
Si además nuestra vivienda es de alquiler, el panorama se complica.
Gracias a la actual situación sanitaria, hoy hemos cobrado consciencia de lo pequeñas que son algunas de nuestras habitaciones. Otros hemos notado rincones a los que no llega la luz. O hemos visto que algunos acabados han envejecido mal. ¿Y qué decir del mobiliario que corta el paso o la visibilidad?
Si además nuestras viviendas se han transformado súbitamente en espacios de trabajo, el resultado puede ser angustiante.
La Neuroarquitectura existe desde los años 50 del s XX. Es el estudio de cómo nos afecta un espacio a nivel mental y emocional. Incluso estudia cómo influye en nuestra toma de decisiones.
Para un correcto resultado, es necesario medir la reacción fisiológica humana a los estímulos mediante herramientas como encefalogramas, sensores de temperatura o hasta medidores de ondas cerebrales. También puede valerse de elementos como la realidad virtual, o simulación ambiental.
Pero de todos modos, el ser humano reacciona de manera individual al diseño: nuestra historia personal y nuestro entorno cultural también influyen en cómo percibimos un espacio.
La Neuroarquitectura es un campo complejo y en constante desarrollo. Pero hay algunos factores básicos que podríamos cuidar para mantener la mente relajada en un espacio interior. No importa si no disponemos de sistemas complejos de medición.
La luz natural siempre genera un ambiente más amable que la luz artificial. También acerca al individuo al exterior de los espacios. La luz artificial obliga a esforzarse más en la tarea a realizar Y esto es causa de estrés. Igualmente hay que considerar la temperatura de color de las bombillas. En muchos casos, si es cálida, genera un ambiente de mayor relajación. (Aunque un exceso de calidez puede generar incomodidad).
La sensación de aislamiento o encierro puede ser un factor negativo. Por lo tanto, el contacto con elementos naturales favorece la calma y la concentración. Plantas, jardines verticales, contacto visual con la vegetación exterior, uso de maderas y fibras naturales... Todos estos elementos ayudan a optimizar la actividad humana.
Varios estudios afirman que las formas afiladas despiertan en las personas una sensación de peligro. Aunque sabemos que es imposible eliminar los ángulos de nuestra vida, es cierto que los acabados redondeados son siempre más amigables y menos propensos a hacernos daño. Las curvas representan un reto funcional y constructivo, pero pueden generar cierta sensación amigable.
Se han escrito innumerables artículos sobre el tema. Pero está demostrado que el color afectan siempre en el estado anímico de la persona. Los tonos cercanos a la naturaleza (verdes, algunos azules y algunos marrones) reducen el estrés. En nuestra experiencia personal los tonos neutros siempre relajan. Por contrapartida, el uso de tonos puros e intensos terminan por estresar y cansar al habitante del espacio. (Aunque siempre hay otros factores involucrados: una pared rojo intenso generará una sensación diferente al uso de accesorios rojo intenso sobre una pared neutra).
Según Sonia Hernández Montaño, del estudio Arquitectura Sana, hay acciones concretas para optimizar los espacios. Por ejemplo: dar mayor flexibilidad y menos jerarquía entre dormitorios y espacios. O también, dignificar la relación entre los espacios de servicio y los espacios a los que sirven. Otro más: propiciar zonas compartidas donde desarrollar actividades conjuntas (cubiertas verdes, áreas de coworking, etc).
Si estás pensando en una reforma integral de tu vivienda, contacta con Smart Room Barcelona. Te ayudaremos a reflexionar en estos y otros aspectos para optimizar tu espacio y hacerlo confortable.